domingo, 17 de julio de 2011

Rietveld-Schröderhuis - Utrecht

La Casa Rietveld-Schröder [1] (Utrecht, 1924), de Gerrit Rietveld, fue la materialización de los principios proclamados en la exposición de 1923 en la Galería l’Effort Moderne de Leoncé Rosenberg de París, donde Theo van Doesburg y Cornelis van Eesteren mostraron con maquetas y dibujos de colores las tres casas «ideales» que diseñaron para el propietario de la galería parisina: una gran villa para un coleccionista de arte, Hôtel particulier (la casa Rosenberg); una casa para una familia de clase media, la Maison particulière (Casa particular); y la Maison d’artiste (Casa del artista).

Este proyecto surgió de su colaboración con Truus Schröder-Schräder a finales de 1923 y supondría el primer encargo importante de Rietveld, que se ocuparía del diseño general y los colores, mientras que Schröder concebiría la novedosa planta abierta del piso alto [2].
G. Rietveld y T. Schröder, Vista exterior
 Casa Rietveld Schröder, 1924, Utrecht
Foto: Ana Moreno

Según el biógrafo de Rietveld, Theodore Brown, el aspecto más notable del edificio fue la independencia visual de sus partes, conseguida mediante el uso de componentes que se solapaban, la utilización del color y la separación física de los planos que resultaba en un efecto global de ingravidez y de apertura.
 

G. Rietveld, Habitación de los niños, primera planta, 
Casa Rietveld Schröder, 1924, Utrecht, Centraal Museum,
Archivos Rietveld-Schröder. Foto: Johannes Weber


Schröder quería un espacio transformable en la primera planta, para lo que Rietveld ideó un diseño utilizando mamparas plegables y correderas inspiradas en las casas tradicionales japonesas. En la famosa ventana [3] en esquina de la primera planta, la división entre el interior y exterior era tan tenue que el espacio parecía entremezclarse, pero a pesar de la combinación entre espacio abierto y cerrado la casa mantenía su privacidad [4].
G. Rietveld, detalle ventana en esquina planta superior
 Casa Rietveld Schröder, 1924, Utrecht. (foto internet)

G. Rietveld, detalle exterior
 Casa Rietveld Schröder, 1924, Utrecht
Foto: Ana Moreno
La casa fue también amueblada con los diseños de Rietveld integrados en la arquitectura que contenían muchas de las cualidades lúdicas de los diseños experimentales de sus inicios [5].

DSCN3384
G. Rietveld, Silla Roja y Azul, versión pintada
de 1923, Utrecht, Centraal Museum.
Foto: Ana Moreno



DSCN3381
G. Rietveld, Silla Roja y Azul, versión pintada de 1923,
y otros diseños, Utrecht, Centraal Museum.
Foto: Ana Moreno

Fotos: Ana Moreno
Utrecht, julio 2011



[1] Véase “La Casa Rietveld/Schröder” en Friedman, M. (Coord.), De Stijl: 1917-1931. Visiones de Utopía, Madrid, Alianza Editorial, 1986, p. 137.
[2] Su precedente fue el proyecto Maison d’artiste de van Doesburg y van Eesteren. Véase Fanelli, G., y Gargiani, R., El principio del revestimiento. Prolegómenos a una Historia de la Arquitectura Contemporánea, Madrid, Ediciones Akal, 1999, p. 255.
[3] En la Holanda del siglo XVII la ventana desempeñó un importante papel como símbolo de riqueza de la burguesía que vivía en las casas estandarizadas frente al canal. Las tasas municipales para este tipo de vivienda eran tan elevadas (calculadas en base al tamaño del cristal de las ventanas) que redundó en una tipología de casa estrecha y alargada. Las ventanas grandes proporcionaban luz a las habitaciones más interiores; el espacio que daba al canal era la mooie kamer (habitación bonita), cuyo significado simbólico era la presentación de la casa a la calle, que todavía puede ser observado hoy en día en las casas holandesas. Véase Overy, P., De Stijl, Londres, Thames and Hudson, 1991, pp. 30-31.
[4] Overy las compara con las casas de Le Corbusier, que con las rampas y dobles techos en su interior se asemejaban a los espacios públicos de los museos, garajes o galerías de arte. Íbid. pp. 115-116.
[5] Rietveld realizó muebles y juguetes para sus hijos y los de sus clientes y amigos. Ese aspecto lúdico estaba en consonancia con los juguetes educacionales que estaban de moda entre la clase media europea a través de las ideas de Froebel y Montessori y de la teoría de Huizinga sobre los juegos basados en el comportamiento de los niños que daría lugar a su conocido ensayo Homo Ludens, de 1938. Véase Íbid. pp. 76 y 118.
 

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